Es posible que mis opiniones emitidas en estas columnas u, en otros medios públicos, hayan incomodado a alguna (s) persona(s), por sus conflictos de interés.
Esos, quienes han pretendido silenciar la libertad de expresión, para luego decidir quiénes deben hablar, y quienes no; en rigor, dichos personajes impiden que las verdades salgan a la luz, ocultando por años sus faltas éticas y morales.
Conociendo que la Asociación Atlética Regional Metropolitana (AARM), integrada por 15 clubes más otros invitados, realiza alrededor de 24 torneos federados anuales con una participación alrededor de 4.500 atletas, en las diferentes categorías oficiales (sin contar los torneos escolares), fue víctima de una acción deleznable. El Presidente de la Atlética Chilena remitió a la World Athletics el calendario anual de actividades atléticas nacionales, omitiendo el calendario anual de la AARM (se le había enviado el 22.12.2023).
Probablemente con el fin de perturbar la unidad de la Metropolitana, y de paso intentando congraciarse con algunos clubes, curiosamente solo incorporó unos pocos torneos en la Universidad Católica, Manquehue y Talagante. En efecto, mediante este perverso boicot, las marcas de los atletas que compitan en los torneos de la AARM quedarán inválidas ¿Incluyendo algún Maratón que se corre por calle? Así ha perjudicado a todos sus deportistas, incluso los de regiones que asisten sin costo a estos torneos. El daño causado al atletismo chileno es enorme y con incalculables consecuencias.
Una Federación como la Atlética Chilena que, sabotea ataca o expulsa a sus socios regionales, no tenga actas, desaloje a su gusto a las directivas regionales y tantas otras malas prácticas, termina por debilitar a toda la institucionalidad deportiva nacional. Al robarles la esperanza, impide tener regiones más autónomas y fuertes; limitado el desarrollo de sus socios y el de los atletas.
Aunque no lo crea, la Geopolítica Dirigencial, en el caso de la Atlética Chilena, quizás con alguna eficiencia de corto plazo, pero mermando la mirada de futuro, promovió el clientelismo a cambio de votos. Así, al Presidente federativo le fue fácil empoderar a personas con mínimas competencias a cargo de regiones, bajo la cultura del “favor con favor se paga”.
El diagnóstico es claro: La confrontación, la pérdida de valores, la “destrucción creativa” de asociaciones históricas a fin de subyugarlas para detener la crítica; hace pensar quizás en una posible erosión intelectual que se debe revertir.
En efecto “lo único que hace falta para que triunfe el mal, es que los buenos no hagan nada”. Pero seguramente Ud. no lo sabía y no es casualidad que FEDACHI lleva cinco meses bajo supervigilancia del Instituto Nacional de Deportes de Chile. Por algo será, digo yo.
Ya en la antigüedad, los griegos enseñaban sobre filosofía, política, ética y otros temas. Conviene entonces revisar brevemente algunos fragmentos en los diálogos de Sócrates (470-399 a.C.), que nos pueden ilustrar que este tipo de crisis no son nuevos en la sociedad (cualquiera relación con el caso, es mera casualidad):
“…El gran mérito de la injusticia consiste en parecer justo sin serlo…y la prueba de todo esto es que todos cuanto se encuentran en este caso, el primero que consigue el poder de hacer el mal es el primero en servirse de él hasta donde le es posible… ¿No sabes que la verdadera mentira-pregunté-, si puede decirse así, es igualmente detestada por los hombres que por los dioses?… Nunca es permitido ofenderse porque le digan a uno la verdad…Porque reinando en su alma sólo el amor tiránico, le inspirará la licencia y el desprecio a las leyes…Y cuando más tiempo ejerza la tiranía, más se afirmará en su manera de ser…Nada sólido se encuentra en los razonamientos del que censura, ni tiene idea ninguna de la cosa misma que censura…La virtud, empero, no tiene dueño; cada quien participa de ella según si la honra o la desprecia. Cada cual es responsable de su elección, porque Dios es inocente…”
En cualquier ambiente, es indispensable dejar atrás cualquier anomia destructora. Esa gobernanza a través de la pantalla chica, alejada del decoro y, sin poder analítico entre lo que está bien y lo que no lo es. Es necesario entonces evitar que ciertas patologías mentales se escondan o desarrollen el “Culto a la Personalidad” a fin de ganar portadas con llamativas performances destructivas, para comprender que, un adversario no es un enemigo para arrasar.
Abandonar el logo refundacional de la “Atlética Chilena” para retomar la recta herencia directiva de sus 33 antecesores, a fin de recuperar la reputación de la cual gozó la “Federación Atlética de Chile” por una centuria; es el reto principal. Comprendiendo que, solo se trata de llegar a la meta por la pista de la rectitud y la verdad. ¡Fuera de ella donde todo vale, no hay sino mentira, artificio y engaño!
Fernando Sotomayor G.
Ex Atleta