En su versión trigésima primera, la historia del olimpismo continua en París 2024. Felicidades y éxito a los 48 deportistas que representarán a nuestro país. Ciertamente, la herencia de la memoria pavimenta el camino para que el presente transite.
Es así como la diversidad de voluntades y hechos (memoria colectiva), ocurre bajo el respeto y la mirada hereditaria de generación en generación, conformando la vida de una sociedad organizada por intereses comunes. El pasado debe unir con esa historia que, bajo una mirada crítica como práctica racional sin buscar solo respuestas técnicas, más bien, se acrecienta desafiada por preguntas que corresponden al discernimiento moral de una institución regulada, buscando un futuro mejor.
Del mismo modo, construir una cultura organizacional por medio de valores como la libertad, respeto, igualdad, fair play…, ese legado, de aquellas honestas experiencias reflexivas alejadas de quien pone la música, permiten a visiones distintas estar informadas en acuerdo, unas con otras. Por tanto es importante reconocer que, las personas maduras funcionan de adentro hacia afuera actuando en comunidad por medio de la razón, la verdad y no solo por emociones personales.
“Habitualmente nos despertamos en las mañanas recordando quienes somos. En general, no nos levantamos de la cama ignorando la propia identidad no desconociendo nuestro ser. Es decir, y sin ni siquiera hacerlo consciente, la memoria conserva para uno mismo el nombre que porta y la historia que ha llevado a cabo. La remembranza es, por tanto, la llave del pasado que utilizamos en el presente; un picaporte de ese atrás que no quiere desaparecer; una ganzúa de ese ayer que aún permanece unido al hoy, enlazando precisamente a través del recuerdo.
Sin memoria, por ende, no hay un tránsito continuo en el tiempo ni tampoco un orden a rescatar. Una vida que ya no se acuerda de lo que constituye un relato existencial es como una cadena quebrada en sus eslabones o como un bote a remo al cual le faltan las espaldillas.
Incluso el olvido, la contraparte de todo recuerdo, tiene sentido a la luz de lo que el ser humano puede y debe evocar. Lo que retenemos de lo ya acaecido es el peldaño de lo que seguimos viviendo hoy y de lo que quizás anticipamos para mañana. Por la memoria, y sólo con ella, la vida se vuelve para muchos un tejido significativo y hasta hermosamente luminoso.” (Mayo 2024. La Memoria y la Vida. Convivio Panathlon).
Como no todo es eterno, de cuando en vez aparecen personas autocráticas insufladas con amenazas oficiales para mantener el poder de sus militantes, cuyos votos se podrían tranzar en el mercado de las promesas. Ya sin independencia deliberativa ni ideas propias, debilitada la voluntad de sus electores para denunciar cancelaciones, engaños y abusos de autoridad; sin darse la molestia en verificar las informaciones que reciben, van dejando los estándares de transparencia y la memoria de los hechos en el baúl de los recuerdos.
Prontamente, aquellos dirigentes en situación de poder vistiéndose con ropas ajenas, pasan luego sin más a interpretar decretos sancionatorios y otros resquicios amenazantes o acusatorios. Sin referente valórico, van debilitando o forzando voluntades de quienes deben controlarlos por derecho estatutario. Acontece de cuando en vez en la sociedad. Es decir, ¿será posible que alguien de forma individual o asociada, dueño de una “Permisología Burocrática”, actúe destruyendo la historia de su propia institución, para luego refundarla?
Con la antigua receta que todo era cosa del pasado o, nada de esa trayectoria histórica sirve en el mundo de hoy, emergen individuos inquisidores con verdades únicas y administraciones abusivas. Suprimiendo la reflexión, el discernimiento, el valor del espíritu crítico y el derecho a la libertad de conciencia, en ese círculo vicioso se padece no solo en el mundo político, también en el deportivo.
¿Será una situación análoga? Al mirar hacia atrás podemos ver por ejemplo que la Federación Atlética de Chile no nació ayer. Fue una institución que durante 100 años, bajo 33 directorios cultivó una cultura organizacional de unidad y transparencia. En otra dirección, quienes emergían voluntariosamente unos años atrás, quizás padeciendo una crisis de memoria, han tratado de reinventar la historia. Sin más, con el afán de promoción personal y una conducta adictiva por manifestarse bajo cualquier artificio en la prensa mediante fotos, escándalos y dichos. Esos impulsos unipersonales por el dominio y control ilimitado, asiduamente destruyen su propia autoridad.
Pero no todo es “Puro Marketing”. Las actuaciones contradictorias, tarde o temprano, tienen consecuencias. Ya sin memoria corporativa, ciertos mandamases cercanos al trono del equipo federativo pretenderían reelegirse a fin de mantener el poder hereditario. Metiéndose en la vida de otros impiden que alguien pueda pensar distinto. Demonizando bajo la cultura del miedo y la desinformación, han marginado a entrenadores y dirigentes interviniendo algunas Asociaciones Regionales vigentes que poseen plena autonomía estatutaria, con el fin de mantener el control total.
En ese autodestructivo proceso, la intervención institucional está llegando a niveles de cancelación interpares nunca vistos. Por medio de la anulación de sus compañeros federativos como supuesta fuente de moralidad, han pasado a reinterpretar la legalidad a su antojo entrometiéndose en los asuntos propios de sus asociados en que nada tienen que hacer. ¿Se los imaginaría Ud. dirigiendo a la Federación por otros 4 años?
Es más, quienes siguen procediendo en condición de víctimas para desacreditar a los que alzan la voz, apartados de la normativa del derecho (legalidad institucional) y los valores del deporte; lejos del respeto, la concordia y la memorable fortaleza institucional de la cual gozó el atletismo nacional en su pasado, precisamente, “son parte del problema y no de la solución.”
Ex Atleta