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Columna de Opinión: LA INSURRECCIÓN DE LA ATLÉTICA CHILENA

¡Un hombre sin ética es una bestia salvaje soltada a este mundo! (A. Camus) ¿Es lo que acontece con ciertos individuos que, en situación de poder creen que todo vale para ganar? Así con acciones dictatoriales, ocupan pretenciosos discursos para ocultar pensamientos oscuros y vanidosos, a veces desquiciados para seguir adulterando la realidad camufladamente, situándose sobre el bien y el mal.

Los medios (recursos) son importante para obtener los fines propuestos como grandes ideales. Por tanto, fines y medios no son valores independientes. Entonces, nunca un fin puede justificar un medio como el engaño. Los dirigentes que alcanzan un puesto mediante acciones y promesas estructuradas, pero llevadas a cabo mediante fraude o embuste, terminan en un desenlace trágico que destruye la credibilidad de su organización. En esa pista, ciertos personajes siembran la duda sobre sus capacidades morales para ejercer determinados cargos.

En el caso de la Atlética Chilena, el Presidente federativo junto al linaje de su círculo central (M. Fredes 1° Vicepresidenta y E. Epuyao Secretario General), como dueños de una endiablada permisología, han ido empobreciendo la vinculación con el medio conculcando el desarrollo de sus Stakeholders. Porque hoy a puertas cerradas coludidamente por medio de las refundaciones regionales para apagar divergencias, ese trío ha destruido toda autonomía y seguridad de sus socios (asociaciones y clubes) dejando severamente amenazada a toda la organización federada. ¿Si la colusión se considera delito, esa concordancia bajo cuerda entre dos o más individuos (o instituciones) para dañar a otro (s), nos estarían dejando en presencia de ese ejercicio? Si bien las actuaciones son varias, veamos este reciente ejemplo que nos ilustra.

Al parecer la situación de la Asociación Atlética IV Región (constituida el 2004) despertó el apetito de la Federación por liquidarla ya que no era sumisa a los intereses individuales. El año 2023 con motivo del Campeonato Zonal Norte en Iquique, dicho trío federativo intentó prohibirle su participación en dicho evento; por cierto en esa ocasión no lo lograron. La Serena- Coquimbo ganó el campeonato. Lo que sí logró la 1°Vicepresidenta presente en el zonal (iniciando disimuladamente su pretendida campaña presidencial), fue la colocación a dedo de Valeria Alonso como responsable del Decreto 22; sin asegurar su competencia para esa delicada responsabilidad. Claro, porque como Presidenta de la A.R. de Iquique (juez y parte) le podría otorgar su voto en una próxima elección.

Pero la persecución siguió. Anulando la historia regional de esa Asociación de la IV Región, que había votado en las asambleas de la Federación durante veinte años, cuya Presidenta Daniza Carpatios ocupa actualmente el cargo de 2° Vicepresidenta en la Federación, es decir todo plenamente legal. Sin vergüenza alguna la expulsaron refundándola ilegalmente, colocando a la cabeza de una organización paralela al ex atleta Peter Gross. En ese acto que ha quebrantado la fe institucional, varias asociaciones hermanas siguen guardando silencio.

El hecho fue denunciado al Instituto Nacional del Deporte (IND), tanto a nivel regional como nacional el cual contestó lo siguiente: “…En consecuencia, y de acuerdo a los antecedentes tenidos a la vista, el proceso de expulsión de la Asociación Atlética IV Región no se ha ajustado a la normativa interna de la organización, por lo que para este Servicio, no tiene validez.” (OFOR IND 27.06.24). Convengamos que ese trío (Carter, Epuyao y Fredes) no son chiquillos irreverentes pillados en esa diablura. Por medio de una loca carrera, porfiados de entendimiento, o quizás desafiando a la autoridad nacional, la siguieron trasgrediendo sin límite de prudencia. Hicieron caso omiso de los dictámenes del ente rector. Convertidos en trasgresores de las leyes y reglamentos, permitieron concurrir en su seno a una asociación ilegal, ofendiendo el pudor y el respeto de los valores institucionales.

Pues bien, el IND les volvió a contestar con fuerza: “…Por consiguiente, este Servicio no puede avalar el proceder de su organización toda vez que ha actuado excediendo el marco normativo…De no acreditarse el debido proceso antes mencionado, en virtud a lo indicado en el artículo 42 del Reglamento de Organizaciones Deportivas, este Servicio entenderá que el procedimiento realizado por vuestra Federación adolecería de vicios, y en consecuencia, deberá declararse nulo… (OFOR IND, 20.08.24). Esas evidencias son la mejor muestra que la anomia de la Federación ha roto todas las confianzas. Habitando sus cargos, ya sin Dios ni ley cualquier conducta les puede ser válida, incluso desafiar a la autoridad que rige y norma por una Ley de la República el sistema deportivo en el país.

¿Fue una torpeza? No lo creo. Esas intimidaciones y amenazas oficiales han continuado impidiendo que salgan a la luz las verdades que permanecen ocultas por tanto tiempo. Sin embargo, ya nada parece real. Mientras el valor de las acciones federativas sigue en caída libre, por estos días, sorprendentemente dos herederos o delfines, el Sr. Epuyao y la Sra. Fredes aparecen disputándose la presidencia como inmaculados referentes del continuismo de esa Federación, en un tercer período.

En fin, la proliferación de comités, comisiones y responsables del Decreto 22, lo siguen usando en la refundación de asociaciones para acallar voces y conseguir votos. Los insurrectos se olvidaron el motivo principal de su creación: El abuso sexual. La reciente imputación y detención de otro entrenador, un amigazo del sur “… por el delito de violación de menor de 14 años…” (UAtv NOTICIAS), pasó colada o ¿se encondió debajo de la alfombra? ¡Todo puede ser peor!

Para cambiar ese modelo, es necesario promover instituciones y equipos vinculados con el medio, aportando nuevos liderazgos a fin de implementar cambios reales entendiendo el entorno regional en que se desenvuelven los clubes, con sus ventajas y restricciones. Es hora de recuperar la pista de la cordura, en la cual la reputación moral de un nuevo líder y quienes acompañen, sean una guía ética que permita conducir a la organización con una sana gobernanza fundada en principios y valores de transparencia y meritocracia en pos del bien común y sin gustitos personales, porque “el que en paz vive, paz recibe.

Fernando Sotomayor G.

Ex Atleta