AARM

Columna de Opinión: ¿QUIEN QUIERE SER DIRIGENTE DEPORTIVO?

A nuestra población que envejece aceleradamente, pronto le costará encontrar no sólo a jóvenes talentosos para que representen al país en contiendas deportivas internacionales; sino también hoy le cuesta encontrar voluntarios altruistas para la necesaria dirigencia deportiva. Esa base formativa para quienes lleguen a servir con su trabajo solidario al atletismo, está cada vez más amenazada.

Esta invitación a formar y ampliar los cuerpos dirigenciales, para desarrollar una labor ad honórem” en clubes, asociaciones locales y regionales, así como en federaciones nacionales, con el propósito de construir comunidades de personas dedicadas a colaborar y conducir dichas entidades honestamente, es un bien escaso y valor cada vez más difícil de encontrar.

Esa sociedad deportiva necesita a los mejores. ¿Por qué entonces no llegan nuevos y mejores dirigentes profesionales al entramado institucional? Creemos que la falta de dichos dirigentes se encuentra, precisamente, en que hoy el tiempo es oro y pocos desinteresados pueden darse el lujo de ser dirigentes sin pago. Si bien, en otras latitudes mayormente desarrolladas se reconoce el valor del dirigente y se permite que éstos sean remunerados, ¿nuestra realidad lo podría permitir? Tal vez no con dinero del Estado, pero sí de los aportantes, auspiciadores y colaboradores de la disciplina.

Claro, alguien podría decir que esos recursos irán a los dirigentes y no a los atletas.

Hoy, abundan dirigentes con sus propias agendas. Contratan a periodistas o especialistas en redes sociales, para construir una imagen, muchas veces falsa, pero que a poco andar dejan cuentas sin rendir y acusaciones, con o sin fundamento, ahuyentando a posibles nuevos dirigentes, y los pocos que llegan tienen escasa preparación o, experiencia. Así, los cargos pasan a ser meramente decorativos con el propósito de formar su curriculum.

Por lo general los directivos son ex deportistas, entrenadores, padres de atletas que, en algunos casos no cuentan con suficientes conocimientos sobre el tema, pero si con habilidades en otros campos. Con una visión holística, la formación del equipo de trabajo interdisciplinario en gestión, administración, legal, contable, y conocimientos de la tecnología resultan imprescindibles en el día hoy.

A modo ejemplo, en la anterior elección de la Federación Atlética de Chile votaron las asociaciones vigentes representando un total en su conjunto de 76 clubes de todo el país. En el 2024 (con el doble de población que el 1975) sorprendentemente, la Atlética Chilena (Circ. N°72) registró a 292 clubes de todo tipo que la Comisión Electoral debió examinar y descartar por no tratarse de clubes federados. En definitiva, fueron solo 38 votos ponderados (clubes vigentes) que aportaron votos a sus respetivas asociaciones. ¡En esa realidad decreciente, los números no mienten, demuestran que la crisis en el atletismo sigue en picada libre, porque sin clubes estables el sistema no funciona!

El asunto es claro, porque no se trata de hacer un par de eventos. Hoy principalmente el calendario anual se mantiene gracias a los aportes y trabajo de los dirigentes metropolitanos. Así el “Campeonato Anual de Clubes de la Asociación Atlética Regional Metropolitana”, registró el 2024 en sus 20 eventos, con alrededor de 3.000 participaciones de atletas de regiones en forma gratuita. ¿Hasta cuándo podrán seguir solventando los costos (cada vez más altos) los 15 clubes de la AARM y la propia Asociación?

¿Existe la oportunidad única de hacer un cambio serio y profundo en la Federación, mediante una generación de personas integras y profesionales sólidos, como en antaño? ¿Se agotó el tiempo de cambios en la FEDACHI, a fin de encontrar una camada de dirigentes que quieran aportar y colaborar en el desarrollo del atletismo y devolver a los clubes su rol formador de las estrellas del mañana? Porque si todo sigue igual, la cuenta se seguirá pasando.

Fernando Sotomayor G.

Ex Atleta