En el atletismo como en cualquier otra actividad social, la honestidad y la transparencia en el obrar es una virtud fundamental en todos los ámbitos del quehacer humano. Sea en la familia, la política, la sociedad, los negocios y el deporte; siempre se valora, destaca y agradece a quienes actúan con rectitud y desinterés.
De ahí que la legislación vigente impone a todo administrador, mandatario o representante de derechos ajenos, el deber jurídico de obrar rectamente en el desempeño de su encargo. Ese es el sentido de la obligación de “dar la cuenta” de sus actos al representado, esto es, la entrega de la información detallada, fundada y veraz, de los actos de administración realizados en favor de su representado o mandante. Lo normal es que los administradores se anticipen a dar su cuenta, sin necesidad de ser compelidos a cumplir con tan básico deber. Un buen ejemplo es el de los directores de las sociedades anónimas que, al menos una vez al año, rinden cuenta a los accionistas de la administración que han hecho de los negocios sociales.
En caso de renuencia, la ley ha establecido el “juicio de cuentas” como un remedio judicial adecuado para obtener forzadamente la información de la gestión que fue delegada. Y la negativa o la falta de cuenta, o su inconsistencia, es indemnizada y sancionada por medio de otras acciones judiciales. Se trata de asegurar la transparencia en las cuentas y en la administración que se ha confiado a otro, cuidando su correcto desempeño.
En esta materia, el agudo refranero popular aconseja que, en los negocios y administraciones, se deben llevar “las cosas claras y el chocolate espeso”, pues “las cuentas claras (son las que) conservan la amistad”. Con ello se quiere significar que no haya trampas ni engaños en las relaciones sociales, manteniendo las cosas transparentes desde un principio.
También la sabiduría común alerta respecto de aquellos que “doran la píldora”, haciéndose el simpático para obtener favores o “engatusar” a otros para alcanzar un beneficio o disimular un daño o perjuicio.
La Investigación realizada en el año en curso por el Instituto Nacional de Deportes de Chile (IND) en la Federación Atlética de Chile deja evidencia que ésta omitió enviar al ente fiscalizador las Actas de las Asambleas Generales Ordinarias en las que se hubieren sometido a aprobación los balances y estados financieros correspondiente a los años 2017, 2018 y 2019. Añade que en la Asamblea General Extraordinaria de fecha 20 de mayo de 2017 tampoco se discutió asunto alguno vinculado a la aprobación de los balances y estados financieros de la Organización”. (Oficio Ordinario 00835/2022, de 13 de abril de 2022)
¿Por qué la Federación no ha podido acreditar la aprobación de los balances y estados financieros? No hay una respuesta de quienes han manejado, de facto, la Federación.
El Informe de la Comisión Revisora de Cuentas, de 9 de mayo de 2022, revela grave desorden e inconsistencias en la administración, destacando que “muchos de los gastos realizados no cuentan con los respaldos o soportantes oficiales que acrediten los gastos declarados.”
El Departamento de Fiscalización y Control de Organizaciones Deportivas del Instituto Nacional de Deportes de Chile, en Oficio (NC-01039/2022, 11 mayo 2022) recomendó al “órgano directivo” de la Federación “trasparentar y justificar” diversas situaciones con los socios de la Federación (Asociaciones Regionales) para que los afiliados “puedan hacerse una idea detallada de las acciones ejecutadas por el órgano provisorio”. – Termina señalando esta instancia fiscalizadora – que, en razón de los temas abordados en su informe, mantendrá vigente su procedimiento de Supervigilancia para establecer el cumplimiento de los requisitos y exigencias dispuestos en la normativa aplicable.
Posteriormente, mediante Oficio NC-01738/2022, de 27 de julio de 2022, el mismo Departamento de Fiscalización, constata otras situaciones de desorden, como el haber incorporado al Directorio al representante de “una organización que no cumple con los requisitos mínimos para estar afiliada a la Federación, por lo que no le corresponde tener un asiento en ese o ningún órgano interno” (porfiadamente aun lo mantiene); modificar el contenido de un acta; o notificar a los socios de la versión alterada de directorio, “pues no se entrega información importante relativa a la composición real de la Directiva…”
Es evidente la situación de desorden en que se encuentra la Federación, en manos de un directorio que ha devenido en ilegítimo, en cuanto sigue actuando como si actuaran en propiedad, en circunstancias que su única atribución, por mandato de la autoridad, era llamar a nuevas elecciones, libres e informadas, lo que han dilatado hasta la saciedad.
Es hora de que el Presidente y sus adláteres den un paso al costado. Su incapacidad para administrar hasta en lo más simple, como es llevar cuenta ordenada de los gastos y sus comprobantes, ordenar la casa de todos y recomponer un clima de unidad y confianza, los hace indignos de continuar aferrados a un directorio legalmente fenecido.
Basta de dorar la píldora y seguir desacreditando y destruyendo la FEDACHI. No más dilaciones ni chivos expiatorios. La verdad se impone (se adjuntan los antecedentes). ¡Es la hora de las cuentas claras y el chocolate espeso!
Fernando Sotomayor G.
Ex Atleta