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Columna de Opinión: LA ELECCIÓN DE LA FEDERACIÓN ATLÉTICA DE CHILE

El sábado 19 de octubre la Federación Atlética de Chile (FEDACHI) realizó la elección para renovar a la totalidad de su Directorio para el período 2025-2028. Fueron elegidos, Presidente: Luis Figueroa (Temuco); 1° Vicepresidente: Rodrigo Muñoz (Chillán); 2° Vicepresidente: Gabriela Fuentes (Antofagasta); Secretaria General: Lilian Martínez (Osorno); Tesorero: Matías Caballero (Antofagasta), más los Directores Luis Reyes (San Fernando) y Matías Péndola (Valdivia).

El trabajo de la Comisión Electoral fue encomiable, tanto en la inscripción de candidatos como en la determinación de los clubes federados que habilitaban a votar a su respectiva asociación regional. Este proceso se llevó a cabo de acuerdo con la Ley del Deporte y Estatutos, más la colaboración del IND. La Comisión estuvo integrada por el abogado Nicolás Cornejo, Marcos Rosas y Henry Yáñez. Debo aclarar que la vigencia de las Asociaciones legalmente establecidas con derecho a voto, le correspondía verificarlo a la Federación. También corresponde destacar el rol de Lidia Espinoza Sanhueza en los últimos años de degradación de la FEDACHI, quién logró ser un obstáculo infranqueable a la irresponsabilidad financiera del Presidente que se va.

Debemos recordar que en la elección pasada votaron las asociaciones vigentes representando un total en su conjunto de 76 clubes de todo el país. Este 2024, sorprendentemente, la Atlética Chilena (Circ. N°72), registró irresponsablemente la existencia a 292 clubes federados y de todo tipo, que no cumplían con los requisitos de los propios Estatutos ni menos con las normas de la World Athletics (WA). Así, la seriedad de la Comisión Electoral realizó un exhaustivo análisis para que, en definitiva, su número fuera de solo 37 votos ponderados, es decir, corrigió la mañosa propuesta del Directorio saliente de la Federación, para que en definitiva fuera lo que correspondía. Es decir, los clubes vigentes que aportaran con sus votos a sus respectivas asociaciones.

Al nuevo Directorio, le corresponderá trabajar y hacer cumplir las reglas y categorías de la WA, para recuperar las confianzas en toda la organización y revisar la permanencia de ciertas Asociaciones que no cumplan con la normativa vigente. No será fácil reparar tantos años de anomia, clientelismo y malas prácticas no velando por el bien del Atletismo sino por intereses particulares, sin respetar la autonomía de sus Asociaciones y clubes atléticos, los que han quedado muy deteriorados en estos últimos 10 años. La tarea más importante será abocarse a realizar un exhaustivo estudio de las fuentes de financiamiento y cuentas de la Federación y, por cierto recuperar las actas del Directorio y del Consejo, poniéndolas a disposición de las asociaciones como mandan sus Estatutos. No hay peor consejera que el secretismo y el actuar sin la transparencia que hoy se requiere.

La Federación tendrá un mejor futuro si apoya la gestión de las asociaciones regionales miembros, colaborando con su quehacer atlético y no apropiándose de sus torneos y actividades deportivas. La organización se debe a sus miembros y no al revés. Por ello, las actividades atléticas deben ser llevadas por los clubes y asociaciones con excepción de los campeonatos nacionales y su proceso de selección atlética nacional. El rol normativo, técnico y estadístico es una función irremplazable de la autoridad atlética nacional y esa función debe ejercerla con esmero, buena fe y justicia. Por cierto sacarle partido al pensamiento crítico y lógico para generar conocimiento y crear oportunidades. La transparencia y la meritocracia como principios inspiradores para la unidad que merece y necesita nuestro atletismo, especialmente respetando a funcionarios, padres, apoderados y ex atletas para consensuar un buen ciclo en el futuro cercano.

Llegó el tiempo de cuidar el lenguaje y todos los aspectos que alimentan la cultura institucional con el fin de que, todas las personas se sientan consideradas para reconstruir el prestigio del atletismo nacional, porque la moral y las buenas costumbres no son negociables.

A partir de pocas, pero buenas ideas aquellos que fueron elegidos por su probada experiencia en el desarrollo de su región, puedan aportarla. Deseamos el mejor de los éxitos al nuevo Presidente y a su directorio según corresponda. En definitiva, les incumbe ocupar sus cargos trabajando por el progreso institucional, porque no solo importa el resultado final, también vale el proceso.

Fernando Sotomayor G.

Ex Atleta